Sunday, December 10, 2017

'De la superficie de las cosas'. Un poema de Wallace Stevens

Tal vez Wallace Stevens (1877-1955) y T. S. Eliot (1888-1965) coinciden en su apego a las formas de la poesía, al carácter esencial de la forma en relación con el contenido dinámico que esta ciñe manteniendo vivo. Ambos buscan aquietar las palabras para que conserven su existencia en el tiempo, su pluralidad y, simultáneamente, su unidad. Mientras en Eliot indaga:
«Can words or music reach
The stillness, as a Chinese jar still
Moves perpetually in its stillness» 
«Pueden acaso las palabras o la música alcanzar
la quietud, tal como un jarrón chino quieto
se mueve perpetuamente en su quietud»
Stevens, convencido de que “El mundo es una fuerza, no una presencia” resuena con esta calidad dinámica del mundo y la belleza como expresión surge cuando este contenido vertiginoso de las palabras cristaliza, en la forma, lo viviente. Un bello y conocido poema de Stevens en el que estas ideas parecen estar plenamente expresadas, es este:


DE LA SUPERFICIE DE LAS COSAS 
        I 
En mi cuarto, el mundo está más allá de mi entendimiento;
pero cuando camino, comprendo que él consiste en tres o cuatro
        colinas y una nube.

        II 
Desde mi balcón, escruto el aire amarillo,
mientras leo donde he escrito:
        «La primavera es una beldad desnudándose.»

        III 
El árbol de oro es azul,
la cantante se ha puesto un manto sobre su cabeza.
        La luna está en los pliegues del manto. 
Wallace Stevens
Traducción de Carlos Ciro

Wallace Stevens



Original en inglés:
Of the Surface of Things 
I
In my room, the world is beyond my understanding;
But when I walk I see that it consists of three or four
        hills and a cloud. 
II 
From my balcony, I survey the yellow air,
Reading where I have written,
“The spring is like a belle undressing.” 
III 
The gold tree is blue,
The singer has pulled his cloak over his head.
The moon is in the folds of the cloak. 
Wallace Stevens



Monday, November 06, 2017

(Las pobres palabras) - La pantera. Dos poemas de Rilke

Dos poemas de Rainer Maria Rilke escritos un 6 de noviembre.


(Las pobres palabras) 

Las pobres palabras, que en lo cotidiano languidecen,
las discretas palabras, es eso lo que amo.
De mis fiestas les ofrendo colores,
y entonces sonríen y, lentamente, se alegran.
Su esencia, que temerosas conquistaron en ellas,
se renueva con claridad para que todos puedan verla;
ellas nunca se han adentrado en el canto
y tímidas ingresan ahora en mi canción.

Rainer Maria Rilke. Berlín, Wilmersdorf, 6 de Noviembre de 1897
Traducción de Carlos Ciro

Original alemán:
Die armen Worte, die im Alltag darben, / die unscheinbaren Worte, lieb ich so. / Aus meinen Festen schenk ich ihnen Farben, / da lächeln sie und werden langsam froh. // Ihr Wesen, das sie bang in sich bezwangen, / erneut sich deutlich, dass es jeder sieht; / sie sind noch niemals im Gesang gegangen / und schauernd schreiten sie in meinem Lied.

Rainer Maria Rilke, 6.11.1897, Berlin-Wilmersdorf


(Autor y derechos de imagen desconocidos, usada en múltiples fuentes en línea)


La Pantera 
En el Jardin des Plantes, París

Tan cansada de cruzar tras los barrotes
su mirada ya no retiene nada.
Es igual que si fueran mil barrotes
y, tras ellos, ningún mundo. 
Su blando caminar de poderosos pasos ágiles,
en círculos cada vez más cortos,
es como la danza de una fuerza en torno a un eje
donde, aturdido, un gran deseo se yergue. 
En ocasiones, apenas, se apartan las cortinas
de su pupila –sin ruido–. Entonces una imagen
atraviesa sus miembros en tensado silencio
y al corazón alcanza para dejar de ser. 
Rainer Maria Rilke. París, 6 de noviembre de 1902
Traducción Carlos Ciro


Original alemán:

Der Panther // Im Jardin des Plantes, Paris // Sein Blick ist vom Vorübergehn der Stäbe / so müd geworden, dass er nichts mehr hält. / Ihm ist, als ob es tausend Stäbe gäbe / und hinter tausend Stäben keine Welt. // Der weiche Gang geschmeidig starker Schritte, / der sich im allerkleinsten Kreise dreht, /
ist wie ein Tanz von Kraft um eine Mitte, / in der betäubt ein großer Wille steht. // Nur manchmal schiebt der Vorhang der Pupille / sich lautlos auf -. Dann geht ein Bild hinein, / geht durch der Glieder angespannte Stille - / und hört im Herzen auf zu sein.

Rainer Maria Rilke, 6.11.1902, Paris

Breve resonancia:

Tal vez el poema sea también una jaula que espera por su palabra pantera, no la de los ojos distantes sino aquella que las imágenes atraviesan tensando el silencio en sus miembros cuando escucha el corazón y se ofrenda a la nada.

Monday, September 04, 2017

'Floreciente muerte', un poema de John Ashbery

La cotidianidad traía ayer consigo la noticia de la muerte del poeta John Ashbery, nacido el 28 de julio de 1927 en Rochester, New York, y uno de los grandes poetas de lengua inglesa. En el recuerdo, este poema suyo:



Floreciente muerte


Adelante, desde el extremo norte, vagabundea.
Sus acres vapores de gasolina tal vez se hayan quedado
en tus fosas nasales mientras estabas ausente.
Deberás entregarlo.
Las flores existen al borde del aliento, sueltas,
habiendo sido dejadas allí.
Una de ellas pausa a la otra,
o habría una simetría en sus movimientos
a través de la que cada una es también individual.
Sin embargo, es esta inexpresividad habitual suya
la que traiciona la noción de una cosa para no ser destruida.
Entre tanto, a través de cuántos hechos hemos caído
y la vieja fachada aún brilla allí,
cual espejismo, pero permanente. Debemos primero engañar la idea
en el ser, para luego desmantelarla
dispersando las piezas en el viento,
así la antigua alegría, modesta como el pastel, el vino y la amistad,
se quedará con nosotros hasta el final, respaldada por la noche
cuyo subterfugio le ha dado nuestro significado último.

John Ashbery
Traducción: Carlos Ciro


Tomado de: Ashbery, John. as we know. Poems. New York, Open Road Media, 2014.

Original:
FLOWERING DEATH

Ahead, starting from the far north, it wanders.
Its radish-strong gasoline fumes have probably been
Locked into your sinuses while you were away.
You will have to deliver it.
The flowers exist on the edge of breath, loose,
Having been laid there.
One gives pause to the other,
Or there will be a symmetry about their movements
Through which each is also an individual.
It is their collective blankness, however,
That betrays the notion of a thing not to be destroyed.
In this, how many facts we have fallen through
And still the old façade glimmers there,
A mirage, but permanent. We must first trick the idea
Into being, then dismantle it,
Scattering the pieces on the wind,
So that the old joy, modest as cake, as wine and friendship,
Will stay with us at the last, backed by the night
Whose ruse gave it our final meaning.

Sunday, July 16, 2017

Hojas de un cuaderno de pausas: A-brasas (2016-2017)

Aún piden atención y esperas estas hojas de un cuaderno de pausas: A-brasas (2016-2017), entre tanto, estas líneas aún parecen seguir allí:

---


Llevada por el viento
caerá la hoja
desnuda contra el huero azul
quedará la rama
vencida por el peso de la luz

Esta soledad que bebe
de las horas
como el sediento
al agua que se demora 
en las rocas ahuecadas


***



Qué ansia abraza
el temblor de los pinos

hebras de pálida luz
entre las piedras
que auscultan
los latidos del agua.


***


Ver hasta transparecer
ser el espejo difuminado
donde el ocaso 
permanece en las hojas
y la nada se extiende
entre las ramas
e inunda de espera
el abismarse de la luz
el cese de lo oscuro.


***


Mientras caen las horas
en el hueco frío de la mano
miro sus surcos

mido las huellas de lo ido
pasmo en las encrucijadas
incesantes de las líneas

todo cuanto busco en ellas
tan lejos de mí

entrecierro la mano
las sombras se agolpan
es noche en las grietas
donde excavo fonemas

la noche recala
sobre la senda azul
de la sangre que irriga la mano
aún atisbo
aguardo sin inquietud
aún perdido


***


Sobre las hojas caídas, entre el olvido,
he buscado el instante inmóvil,
la desolación 
colándose a borbotones
entre la arena que ya no intuye su mar
y busca entre pestañas el camino del agua

tal vez bajo su lluvia 
mi ojo encuentre
–un poco más allá–
otro vacío que colme

el desconocido abismo
de una luz sin recuerdos


***


El verde
su temblor de pradera
bajo el hálito de la mañana
su crujir de tierra 
bajo el pequeño sol de las semillas
que perforan su túnel en lo oscuro
para rezumar la luz
en la herida siempre abierta
del nacer

El verde de la repetición
que a escondidas prepara
la savia y el dulzor y el veneno
cuya cita desdibuja el círculo
y recubre la muerte

La verde sensación
de cuanto no podré eludir.


***

Barrenar el oscuro horizonte
el vacío que a todos convoca
el vórtice de deseos
en la llanura olvidada

tender los lentos pasos
hacia la luna fugaz
que entre la arena se pierde
sigilosa
como una sombra
enlazada a la ceniza


***

En la ventana cuelga
un ocaso desteñido
una luz sucia de aroma oxidado

los loros gritan
las insuficientes ramas

Desde los sótanos
de mis ojos
brota, húmedo,
el dolor del incendio
desplegándose en tu boca


***



Thursday, June 01, 2017

Relojería

Charles Simic ha dicho que «en su esencia, un poema lírico trata del tiempo detenido. El lenguaje avanza en el tiempo, pero el impulso lírico es vertical». En su poema, Relojería (o “Reparación de relojes”, aún no decido cómo traducir el título), la relojería de nuestra conciencia del tiempo, y cómo la ilusión de poder medirlo es a un tiempo reacción y adaptación a nuestra condición mortal. El poema es toda una fotografía del tiempo detenido, pero también, del tiempo que incidiosamente se detiene en la muerte. Nacido en Yugoslavia, en 1938, conserva sin duda, entre sus primeros recuerdos, entre sus imágenes mentales, recuerdos de su natal Belgrado bombardeada en 1941. El infinito borbotea en el tiempo detenido del poema, en su eternidad de piñones y volantes mínimos y tenues como una gota de lluvia, mientras el café, hierve, cauteloso como el corazón ante la pesadilla, mientras saboreamos nuestras vidas que son solo paso.


Relojería

Un pequeño piñón
incandescente,
tembloroso como
una mariposa ensartada.

Manecillas lanzadas
en todas direcciones:
la intersección
que uno alcanza
en una pesadilla.

Por encima de eso
el número 12 preside
como un apicultor
sobre el zumbador enjambre
del reloj abierto.

Otros piñones
que podrían caber
en una gota de lluvia.

Herramientas
que han de ser pinzas
del resplandor de estrellas árticas.

Diminutos molinos dorados
moliendo invisibles
granos de café.

Cuando el café hierve
cauteloso,
para no quemarnos,
lo elevamos
hasta los labios
de la más próxima
oreja.

Charles Simic
Traducción de Carlos Ciro




Original en inglés:


Watch Repair

A small wheel 
Incandescent, 
Shivering like 
A pinned butterfly. 

Hands thrown up 
In all directions: 
The crossroads 
One arrives at 
In a nightmare. 

Higher than that 
Number 12 presides 
Like a beekeeper 
Over the swarming honeycomb 
Of the open watch. 

Other wheels 
That could fit 
Inside a raindrop. 

Tools 
That must be splinters 
Of arctic starlight. 

Tiny golden mills 
Grinding invisible 
Coffee beans. 

When the coffee’s boiling 
Cautiously, 
So it doesn’t burn us, 
We raise it 
To the lips 
Of the nearest 
Ear.



Charles Simic (‘Watch Repair’. Selected Early Poems)

Friday, February 24, 2017

Die Dunkel-Impflinge - Los de-inoculada-oscuridad

Quizá también la luz al momento de manar esté hecha jirones, deshilachada, como hebras que ya no pueden trenzarse, que ya no atan ni tensan. Paul Celan escribió, en 1968, ‘Fadensonnen’, un poemario hecho como su título, de luz deshilachada. Cada fragmento, un sol raído, arañado por la minuciosa garra de una pluma, cada breve hoja inoculada por la oscuridad de la tinta que intenta cercar la herida, restañar lo que en ella sangra y calla, el tú que apenas despunta entre las manos, allí donde lo más atado, donde la oscuridad se injerta en la hoja, quiere decirse libre.

Este poema, ‘Fadensonnen’, ha rehuido todos mis intentos de traducción. Apenas garabatos, balbuceos de incomprensión y latidos he puesto en las hojas en varias ocasiones. Hay un fragmento de la segunda parte del poema, que, creo, contiene –como todos, pero con alguna especie de intensidad mayor–, esa idea de una luz que es solo esquirlas, filamentos, pero que, en su discontinuidad absoluta lleva consigo la totalidad de cada fuente, de cada sol, cada hebra de luz es un sol, un sol-filamento. Ese fragmento, me parece, ha sido esquivo a varios intentos de traducción, también al mío, que presento a continuación, como un descaro amable, como una invitación a buscar, entre lo oscuro, el calor de esa hilacha de sol.

LOS DE-INOCULADA-OSCURIDAD, en
su imperturbable circuito
al rededor de la herida,
como-agujas,
más allá del número y del sinnúmero,
con su encargo, infatigables, 
el rasgueante-ruido de cristal templado
de la escritura, 
en ambas orillas
el saturado
precinto-de-las-manos (a medias
destellas tú, de alabastro), 
en la invernal clemencia
un pinar se dice libre. 
Paul Celan, Fadensonnen (Soles-Hilos), 1968

El escrito original en alemán (celaniano) dice así:

DIE DUNKEL-IMPFLINGE, auf
ihrer unbeirrbaren Kreisbahn
rund um die Wunde,
nadelig,
jenseits von Zahl und Unzahl,
auf Botengang, unermüdlich, 
die glasharten
Schleifgeräusche der Schrift, 
an beiden Säumen
das aufgeforstete

Hände-Revier (du halber
Schein, alabastern), 
in der wintrigen Schonung
spricht eine Kiefer sich frei. 
Paul Celan, Fadensonnen, 1968

Dos poemas de Eugénio de Andrade

  Dos poemas de Eugénio de Andrade (Portugal, 19-1-1923 - 13-6-2005).      Las palabras Son como cristal, las palabras. Algunas, un p...