Friday, November 22, 2013

Un poema de Carlos Vásquez (Colombia, 1953)

Comparto, con alegría y recogimiento, este bello poema inédito de Carlos Vásquez quien, además de maestro, compañero y amigo es, sin duda, una de las voces más sólidas y singulares e la poesía colombiana actual e incluso de la poesía en lengua española.



Pintores

la soledad es infinita para los pintores,
qué sentido tendría su luz, bien sea en
paisajes aureolados o en bocas contraídas
o gritos, si los pintores no traspusieran
su intención, su soledad sería redonda
y se justificaría, hallaría palabras y
las imágenes, aguas, ramas cielos sin nubes,
pasarían a su imaginación, pero hay una pureza,
un plantar la cara ante el vacío, que la luz se
filtre y entonces todo se ve y ellos no
necesitan decir nada, por eso tan solos, tan
místicos, esa extraña satisfacción, no pedir
nada, para nada prepararse, los pintores
plantan su mirada y la vida se abre,
pero nunca dejan de ver y por eso se acercan a
la música y son desnudos como las praderas,
si los pintores no se ajustaran
tan nítidamente a la redondez, pasarían por
embaucadores, piratas de las formas o
intermediarios de dios, pero dios los acompaña
y les guía, les cuenta su secreto y por eso su
soledad se extiende, sube hasta el cielo que
pintan y se detiene a iluminar a los hombres,
que no creen en esa luz y por eso los llaman
y les piden retratos, si los pintores no
estuvieran infinitamente solos, la trama de
ideas y de formas se desharía y hasta dios
buscaría un sitio donde ir.

Carlos Vásquez (2013)

Monday, November 18, 2013

Robert Frost - Algunos tonos y una nota (Tres breves poemas imprescindibles)


Robert Frost. Tres poemas imprescindibles

Robert Frost (circa 1910)

Es imposible, a mi juicio, traducir a Robert Frost sin verse en la obligación –más que con muchos otros poetas– de distanciarse de sus palabras, de reconstruir con otras lo que queda de sus poemas al verterse en otra lengua. Hay una extrañísima mezcla de precisión sosegada del sentido y de inquieta sonoridad formal en cada una de sus poesías. Por esta razón, incluiré en esta ocasión dos versiones alternativas de cada poema: una, tratando de contener mi nece(si)dad de trans-creación y otra, permitiéndole ser:


NOTHING GOLD CAN STAY

Primer intento (cuasi-traducción):

Nada (en) oro puede durar

El primer verde de la naturaleza es oro,
su tono más arduo de conservar.
su más temprana hoja es una flor;
pero sólo es así una hora.
Después la hoja se desvanece en hoja,
y el Edén en la pena se hunde,
y la aurora cae en el día
nada en oro puede durar.


Segundo intento (versión, trans-creación):

De oro, nada perdura

De Natura el oro es primer verde
arduo matiz que un parpadeo pierde.
Flor es ya la hoja primera;
mas el nacer es su hora postrera.
Luego la hoja se resigna en hoja,
y el Edén se abisma en la congoja,
y el alba cae del día en la abertura.
De oro, nada perdura.

Robert Frost
Traducciones de Carlos Ciro

Original:
Nothing Gold Can Stay

Nature's first green is gold,
Her hardest hue to hold.
Her early leaf's a flower;
But only so an hour.
Then leaf subsides to leaf,
So Eden sank to grief,
So dawn goes down to day
Nothing gold can stay.

Robert Frost






FRAGMENTARY BLUE

Primer intento (cuasi-traducción):

Azul fragmentario

¿Para qué hacer tanto de azul fragmentario
aquí adentro y allí, un ave o mariposa,
o flor, o una piedra-de-adorno u ojo abierto,
cuando en lienzos presenta el cielo el tono uniforme?

Desde que la tierra es tierra, tal vez, y no cielo (como ahora)
–aunque algunos sabios hacen a la tierra incluir el cielo–;
y el azul tan alto sobre nosotros llegue,
éste sólo da a nuestro deseo de azul un aliciente.


Segundo intento (versión, trans-creación):

Fragmentario azul

¿A qué, de fragmentario azul, tanto teñir
un ave aquí dentro y allí, o una mariposa,
o flor, o piedra-engastada o la pupila curiosa,
cuando el inalterado tono el cielo sabe vestir?

Aunque, quizás, sea tierra la tierra y (todavía) no cielo
–aunque con la tierra el cielo incluyan algunos sabios–;
y azul, tan lejos, se alce el cielo por sobre nosotros,
para nuestras ansias de azul esto es consuelo.

Robert Frost
Traducciones de Carlos Ciro

Original:

Fragmentary Blue

Why make so much of fragmentary blue
In here and there a bird, or butterfly,
Or flower, or wearing-stone, or open eye,
When heaven presents in sheets the solid hue?

Since earth is earth, perhaps, not heaven (as yet)--
Though some savants make earth include the sky;
And blue so far above us comes so high,
It only gives our wish for blue a whet.

Robert Frost






A MINOR BIRD

Primer intento (cuasi-traducción):

Un ave menor*

He deseado que un ave volaría lejos,
y no cantaría junto a mi casa todo el día;

Le he palmeado con mis manos desde la puerta
cuando parecía que no podría soportar ya más.

El problema debió en parte haber estado en mí.
No habría que reprochar al ave su afinación.

Y por supuesto debe haber algo malo
en querer silenciar cualquier canción.


Segundo intento (versión, trans-creación):

Ave, La menor

Que un ave volara lejos he querido,
y que en mi casa no se oyera su silbido;

Desde el umbral entrechoqué mis manos
cuando ya parecía no aguantar sus cantos.

Parcialmente, de culpa, tuve mi porción.
pues del ave, la clave, no tiene discusión.

Y debe, por supuesto, haber pecado
en cualquier canto desear callado.

Robert Frost
Traducciones de Carlos Ciro

Original:
A Minor Bird

I have wished a bird would fly away,
And not sing by my house all day;

Have clapped my hands at him from the door
When it seemed as if I could bear no more.

The fault must partly have been in me.
The bird was not to blame for his key.

And of course there must be something wrong
In wanting to silence any song.

Robert Frost






* Ignoro, deliberadamente, el claro juego con la connotación musical del título "A Minor" = "La menor"; que, además, encierra para muchos semánticos musicales la mejor expresión tonal (junto con "Do menor") de la tristeza. En español es imposible conservar el juego existente entre el sentido musical y el significado lingüístico de la expresión "A Minor".

Wednesday, November 13, 2013

Un poema de Walt Whitman - Mientras yo en silencio meditaba



MIENTRAS YO EN SILENCIO MEDITABA

Mientras yo en silencio meditaba,
volviendo sobre mis poemas, escrutándolos, demorándome en ellos,
un fantasma con aspecto desconfiado ante mí se irguió
–terribles su belleza, su edad y su poder–.
Y desde las antiguas tierras, el genio de los poetas
dirigiendo hacia mí, flamígeros, sus ojos,
con el dedo señalando múltiples canciones inmortales
dijo con voz amenazante: ¿qué cantas tú?,
¿acaso desconoces que es sólo uno el tema para los bardos inmortales?
Y la guerra es ese tema, la suerte de las batallas,
la formación de soldados perfectos.

Pues así sea, respondí entonces.
También yo, altanera sombra, la guerra canto, y una más duradera y grande que ninguna;
en mi libro, con variable fortuna, he perseguido, entre huidas, avances y retiradas, las aplazadas victorias inciertas,

(aunque segura o casi segura me parece, al fin, la victoria). Campo de batalla el mundo,
por la vida y por la muerte, por el Cuerpo y por el Alma eterna,
¡Oíd!, también yo he venido, y al entonar el canto de batalla,
yo, por encima de todo, exalto soldados valerosos.

Walt Whitman
Traducción de Carlos Ciro

Walt Whitman, 1855 (36 años de edad)





AS I PONDER'D IN SILENCE

As I ponder'd in silence,
Returning upon my poems, considering, lingering long,
A Phantom arose before me with distrustful aspect,
Terrible in beauty, age, and power,
The genius of poets of old lands,
As to me directing like flame its eyes,
With finger pointing to many immortal songs,
And menacing voice, What singest thou? it said,
Know'st thou not there is but one theme for ever-enduring bards?
And that is the theme of War, the fortune of battles,
The making of perfect soldiers.

Be it so, then I answer'd,
I too haughty Shade also sing war, and a longer and greater one than any,
Waged in my book with varying fortune, with flight, advance and retreat, victory deferr'd and wavering,

(Yet methinks certain, or as good as certain, at the last,) the field the world,
For life and death, for the Body and for the eternal Soul,
Lo, I too am come, chanting the chant of battles,
I above all promote brave soldiers.

Walt Whitman



Saturday, November 09, 2013

El Cordero y El Tigre - William Blake

William Blake publicó sus "Cantos de inocencia" (Songs of Innocence) en 1789 y su "contracara", los "Cantos de experiencia" (Songs of Experience) cinco años después, en 1794. Así, El Cordero del primer poemario tiene por "contracara" a El Tigre del segundo; y tal vez, tras la aparente "insipidez" del primero resulte subyugante la fogosidad del segundo, aunque sean, de algún modo, co-independientes. El inglés G.K. Chesterton tal vez haya comprendido bastante bien a Blake cuando escribió sobre él: «Por entre las tinieblas y el caos de su obcecado simbolismo y sus perversas teorías, por entre la tormenta del delirio y la noche cerrada de su locura, reitera, con precisión apasionada, que sólo puede ser adorable aquello que es digno de ser amado, que la divinidad está en una persona o en una brisa, que tanto más conozcamos las cosas altas, más habremos de hallarlas palpables y encarnadas, y que la forma entera de los cielos es toda semejanza de la apariencia de un hombre.»

Traducir poemas como estos es, como mucho, una avergonzada (y tal vez desvergonzada) reverencia. Toda vez que es imposible conservar los múltiples elementos que hacen parte de su original creación. Por un lado, las estructuras rítmicas (métricas y estróficas) de lo escrito, imposibles de conservar sin violentar los sentidos y por otro, la inter-penetración de éstas con la obra pictórica (grabados iluminados que pueden verse en las imágenes adjuntas) que las contiene y complementa. Así, en la estructura rítmica de El Cordero pueden tal vez intuirse el abrigo de lana que lo cubre y la cabeza virada y alerta del animal que se sabe presa; al tiempo que en El Tigre, los tetrámetros trocáicos pareados no sólo podrían ser un reflejo rítmico de las rayas del tigre cuyo camuflaje en el bosque sólo se delata por la excesiva simetría que rompe –como yambos– los versos cuarto y último del poema. Y, al mismo tiempo, estas estructuras rítmicas podrían verse como el contraste entre el corazón alerta y preciso del cazador y el corazón calmo que se agita por el temor en la presa. Por lo demás, y como los títulos de los poemarios lo indican, estos poemas fueron concebidos para ser cantados, cosa que resulta de inmensa e idéntica dificultad con una traducción que, como este ejercicio, opte por privilegiar el juego de sentidos con que cada poema comunica su idea y con los que esas ideas, "contrarias" como les corresponde en el arte poética de Blake, entran en relación.

El Cordero

Corderito, ¿quién te hizo?
            Sabes tú quién te hizo,
quién te dio la vida y te procuró alimento,
y junto al arroyo sobre la pradera,
con placentero abrigo te ofrendó
–el más suave abrigo de lustrosa lana–,
¡y quién te dio una voz tan tierna
que a los valles todos regocija!
            ¿Quién te hizo, Corderito?
            Sabes tú quién te hizo

            Corderito, yo te lo diré,
            ¡Corderito, yo te lo diré!
Por tu nombre es Él llamado,
pues se llama a sí mismo un Cordero:
Él es sumiso y es tierno,
y un niñito llegó a ser:
Yo un niño y tú un cordero,
por su nombre se nos llama.
            Dios te bendiga, Corderito.
            Dios te bendiga, Corderito.

William Blake
Traducción de Carlos Ciro


Original:

Little Lamb who made thee
         Dost thou know who made thee
Gave thee life & bid thee feed.
By the stream & o'er the mead;
Gave thee clothing of delight,
Softest clothing wooly bright;
Gave thee such a tender voice,
Making all the vales rejoice!
         Little Lamb who made thee
         Dost thou know who made thee

         Little Lamb I'll tell thee,
         Little Lamb I'll tell thee!
He is called by thy name,
For he calls himself a Lamb:
He is meek & he is mild,
He became a little child:
I a child & thou a lamb,
We are called by his name.
         Little Lamb God bless thee.
         Little Lamb God bless thee.

Fuente:
The Complete Poetry and Prose of William Blake, edited by David E. Erdman (Anchor Books, 1988)


El Tigre

Tigre Tigre, incandescente flama,
¿en los bosques de la noche,
qué mano inmortal, qué ojo,
tu aterradora simetría pudo concebir?

¿En qué lejanas simas, en qué cielos,
el fuego ardió de los ojos tuyos?
¿Con qué alas osó elevarse?
¿Cuál la mano que el fuego osó ceñir?

¿Y qué  hombro y qué arte
la nervadura de tu corazón retorcer pudo?
Y al comenzar a latir tu corazón,
¿qué mano temible y qué temibles pies?

¿Cuál el martillo? ¿Cuál la cadena?
¿En qué forja tu cerebro estuvo?
¿Cuál el yunque? ¡Qué temible pinza
sus mortales terrores osó entrelazar!

Cuando las estrellas sus lanzas arrojaron
y el cielo con sus lágrimas anegaron:
¿sonrió Él al contemplar su obra?
¿Te hizo a ti quien al cordero hizo?

Tigre Tigre, incandescente flama,
¿en los bosques de la noche,
qué mano inmortal, qué ojo,
tu aterradora simetría osó concebir?

William Blake
Traducción de Carlos Ciro




Original:

Tyger Tyger, burning bright,
In the forests of the night;
What immortal hand or eye,
Could frame thy fearful symmetry?

In what distant deeps or skies.
Burnt the fire of thine eyes?
On what wings dare he aspire?
What the hand, dare seize the fire?

And what shoulder, & what art,
Could twist the sinews of thy heart?
And when thy heart began to beat,
What dread hand? & what dread feet?

What the hammer? what the chain,
In what furnace was thy brain?
What the anvil? what dread grasp,
Dare its deadly terrors clasp!

When the stars threw down their spears
And water'd heaven with their tears:
Did he smile his work to see?
Did he who made the Lamb make thee?

Tyger Tyger burning bright,
In the forests of the night:
What immortal hand or eye,
Dare frame thy fearful symmetry?

Fuente:
The Complete Poetry and Prose of William Blake, edited by David E. Erdman (Anchor Books, 1988)


P.S.

A manera de curiosidad, dejo aquí un vínculo a las grabaciones que Allen Ginsberg hiciera de algunos de los poemas de las Songs of Innocence and Songs of Experience de William Blake que incluyen su versión cantada de "The Lamb": 


Dos poemas de Eugénio de Andrade

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